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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS MUCHACHOS DEL
"CENTRO SOCIAL PADRE DAVID" DE BRAGA (PORTUGAL)

Sala adyacente al Aula Pablo VI
Sábado, 28 de septiembre de 2019

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¡Queridos hermanos y hermanas!

Os saludo a todos y agradezco a Dom Jorge sus amables palabras de saludo y presentación de este hermoso don de Dios, de esta maravilla que es el Centro Social de Ruuílhe. Es especialmente el fruto de las ofertas de la gente humilde y generosa en respuesta al llamamiento del Padre David de Oliveira Martins. No pedía para sí mismo, sino para sus hermanos, que tendían los brazos en busca de ayuda. Dios le dio la gracia de tocar el corazón de los pobres y humildes, desencadenando por doquier la revolución de la ternura, bajo la bandera de los “Niños del Padre David”. Desde Roma, va mi abrazo a las personas asistidas y a los asistentes de la Institución en sus diversas valencias al servicio de los niños, de los jóvenes, de los pobres y de los ancianos. Como embajadores del amor que tenéis a la Iglesia y del que nutrís por mí, habéis enviado a los más pequeños. ¡Gracias, Padre Manuel Joaquim!

Vuestro camino os lleva a mirar juntos hacia el futuro: no a mirarlo solos, ni tampoco solo para vosotros. Como enseña Pablo, «el presente o el futuro es todo vuestro. Pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios» (1 Cor 3, 21.23). ¡Vosotros sois de Cristo! Este es el sentido profundo de vuestra historia hasta el día de hoy, pero es sobre todo la clave para afrontar el futuro. Sed siempre de Cristo en la oración, al cuidado de vuestros hermanos y hermanas más pequeños. No tengáis miedo de participar en la revolución a la que él os llama: la revolución de la ternura (cf. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 88). Cristo camina con vosotros y os guía.

Antes de saludarlos de una manera más personal, quiero aseguraros a todos y cada uno mi afectuosa solidaridad. Nunca dejéis que el pasado determine vuestra vida.  Mirad siempre hacia adelante. Trabajad y luchad para lograr las cosas que queréis. Y que ninguno de vosotros se sienta nunca solo; en verdad, es tarea de cada hombre, creado a imagen de Cristo, estar cerca de su prójimo. ¡Que Dios os conceda ser portadores de su misericordia, ternura y amor los unos por los otros. ¡Y que bendiga al Centro Social Padre David, con todos los que acoge y con todos los que lo administran, animan y apoyan. Yo rezo por vosotros, y vosotros rezad por mí. Gracias.


Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 28 de septiembre de 2019

 



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